domingo, 25 de noviembre de 2012

Perplejos, pero no desesperados.

Kim Jin Ho es un nadador que fue galardonado con la medalla de oro en la competencia mundial de atletas discapacitados. Su madre dijo haberse desesperanzado muchisimo cuando oyó la noticia que su hijo era autista. Pensó: "una mujer con hijos puede huir de la casa por algunos días, o puede separarse de su marido en caso de algún conflicto grave, pero con mi hijo autista, no tengo ninguna escapatoria" Entonces reflexiono entre quitarse la vida junto a su hijo, o creer en el Señor. Finalmente decidió creer en el Señor.
"Dios sana a mi hijo de su autismo". Esta frase oro en clamor durante cuatro años, pero su hijo siguió igual. Al ver que su hijo no recibía sanidad, se frustro de gran manera. Pero un día escucho la voz de Dios que decía:
- Quiero que ames a tu hijo. Amo a tu hijo, por tanto encomienda la vida de tu hijo, amalo tal como es y dejate llevar por el, así como yo lo guió.
Al oír estas palabras, se arrepintió y reflexiono: " El Señor ama mas a mi hijo que yo, por cuanto me dijo que se responsabilizara de la vida de mi hijo; lo único que tengo que hacer es confiar en el Señor y amar a mi hijo. Dios, perdoname. He peleado y he sufrido, pero nunca he tratado de considerar tu voluntad, ni siquiera una sola vez. Dame el amor, el denuedo y la sabiduría para no darme por vencida"
A partir de ese momento Dios comenzo a oír sus oraciones. Encontró un colegio para discapacitados,  tras algunos inconvenientes para su ingreso, Jin Ho descubrió su talento en natación, y logro ganar la competencia internacional.

Al principio la mujer se frustro por causa del autismo de su hijo, pero se dio cuenta que Dios amaba a su hijo de igual manera. Al oír la voz que decía: " Los guiare hacia el camino que he preparado, ama a tu hijo y sigueme junto a tu hijo", se decidió quitar toda opresión que la azotaba.
Si no nos frustramos en medio de los problemas, podemos poseer una fe positiva y activa. Podemos librarnos de cualquier opresión, si tan solo nos damos cuenta que Dios conoce nuestro camino y lo ha preparado todo.

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